El pasado domingo 21 de septiembre tuvimos el placer de asistir a un nuevo #Instameet, en las bodegas Campo Viejo de Logroño
(La Rioja). Un evento sin igual que reunió a las comunidades de #Instagramers de Bilbao, Donostia, Gasteiz, Zaragoza, Huesca, Pamplona, Burgos y Logroño, y en el que pasamos una espectacular jornada rodeados de la magia que envuelve al vino y su proceso desde la vendimia hasta la crianza en barrica. Empecemos por conocer el lugar y a nuestros anfitriones.
Hablar de Campo Viejo, con sus más de 50 años de historia, es hablar de un emblema de la Denominación de Origen Rioja. Fue la primera marca en poner el vino de Rioja al alcance del consumidor, hasta convertirse hoy en la marca de Rioja más vendida en el mundo, con presencia en más de 70 países, siendo un referente a nivel mundial.
Es en 2001, con la inauguración de sus nuevas instalaciones, fue cuando marcó un auténtico hito, convirtiéndose en el paradigma de la arquitectura sostenible. La bodega se encuentra totalmente integrada en el paisaje y es respetuosa con el medio ambiente.
Aunque el evento principal tuvo lugar el domingo 21, los managers de las distintas comunidades fuimos invitados a disfrutar también de la jornada del sábado dándonos la oportunidad de conocer más de cerca al equipo que está detrás de esta gran marca y aprovechando el momento de manera que todo quedara bien organizado para recibir a los #igers que asistirían.
Por fin llegó el gran día. Alrededor de 200 followers de las distintas comunidades se desplazaron en autobús hasta las instalaciones de la bodega situadas en el término municipal de Logroño, donde a su llegada les esperaban varias sorpresas.
Cada uno contaba con una chapa distintiva de su comunidad donde incluiría su Nick en la red social, una bolsa-mochila y un folleto informativo con información de la bodega y del concurso de fotografía en Instagram que aún se está desarrollando con motivo del evento, en el que está quedando plasmada la relación entre el vino elaborado por Campo Viejo y la naturaleza, los sentidos, la marca, la arquitectura, el arte y como no, los #Igers
Una vez recibidos, el grupo completo pasamos a la sala de conferencias donde el equipo de Campo Viejo realizó una presentación sobre la bodega y explicó en qué consistirían las distintas actividades del día y ya organizados en varios grupos comenzamos con el recorrido.
Una de las paradas estaba relacionada con el arte, y allí, en medio de los viñedos se encontraba la escultura colorista de Remed y Okuda que plasma la relación entre el arte, el color y el proceso de realización de un gran vino.
A continuación pasamos a practicar una verdadera cata de uvas de la mano de la directora enológica de Campo Viejo, Elena Adell, quién nos explicó la importancia de reconocer el momento exacto en el que la uva debe comenzar a ser vendimiada, una actividad que no suele ser habitual en las visitas a otras bodegas, pero que cuenta muchísimo en el resultado final del producto.
La siguiente actividad consistió en realizar una cata de vinos y fue necesario poner en alerta nuestros sentidos. Allí, Roberto Vicente, enólogo de Campo Viejo, nos enseñó que el color, el olor y el sabor lo dicen todo de un vino e increíblemente, éste guarda muchísimos más estímulos de los que se perciben en un primer momento.
Ya casi acercándonos al final de la visita y acompañados por otra gran enóloga de Campo Viejo, Clara Canals, pasamos a visitar el interior de la bodega situado a aproximadamente 20 metros de profundidad, siendo el lugar perfecto para la conservación del vino gracias al aislamiento natural que ofrece. Nos encontramos con 3 grandes salas en cada cual, el vino sigue su proceso de elaboración. Desde los grandes tanques de acero inoxidable, hasta la sala con más de 70.000 barricas de distintos robles, pasando por el espacio donde el vino ya embotellado descansa en el final del proceso.
Por último y después de la sensación de haber sido partícipes de este laborioso y artístico proceso de elaboración de un vino, pasamos a disfrutar de un delicioso y variado lunch acompañado como no, de los distintos tipos de vino que elabora Campo Viejo. Estaba todo delicioso. Además nos llevamos un grato recuerdo de la visita, una botella etiquetada con la información del evento como recuerdo.
Fue una gran jornada, llena de estímulos, risas, disfrute y como no, fotografía. Incluso el fotógrafo de campo viejo tuvo que subirse al tejado de la bodega para conseguir hacer una foto de grupo completa.
No podemos más que agradecer a todo el equipo de Campo Viejo el trato recibido, la amabilidad y dedicación que nos brindaron durante todo el fin de semana. Sin duda el reconocimiento de Campo Viejo tiene mucho que ver con el gran trabajo que realizan y eso se nota.
Tampoco podemos olvidarnos de todos los #igers asistentes al evento. Sin ellos nada de esto hubiera sido posible; Contar con su apoyo abre las puertas a las distintas comunidades a realizar eventos de este tipo.
P.D.: Si te ha llamado la atención este evento, no dudes en seguir el hashtag #CampoViejo en las distintas redes sociales para descubrir todo lo que esta gran marca puede ofrecerte.